Cómo se comporta tu vejiga durante el embarazo

Los cuidados durante el embarazo deben ser mayores, pues el organismo no puede recibir cualquier medicamento. En este periodo hay tantos cambios en el cuerpo, que en ocasiones se producen infecciones por diversas causas que no imaginarías. Una de las más comunes se da en la vejiga, pero ¿es normal? ¿Por qué sucede eso?

La vejiga sufre cambios

La vejiga pierde tono muscular durante el embarazo, por el peso que se incrementa en el útero. Esto hace que sea más complicado vaciarla por completo al orinar. Se vuelve más propensa al reflujo, condición en la que parte de la orina regresa a los uréteres y sube a los riñones. Todo esto hace que la orina tarde más tiempo en ser desechada y propicia que las bacterias se multipliquen. Además, en el embarazo la orina es menos ácida y es más propensa a contener glucosa. Ambos factores aumentan el potencial crecimiento de las bacterias.

Infecciones en la vejiga durante el embarazo

Durante el embarazo se incrementa el riesgo de desarrollar una infección en los riñones. También se corre el riesgo de contraer una infección en la vejiga, o cistitis. La razón por la que se contraen infecciones con más facilidad es simple: el alto nivel de hormonas afecta al organismo. La hormona progesterona presenta altos niveles, lo cual relaja el tono muscular de los uréteres (conductos que comunican riñones y vejiga). Estos se dilatan, haciendo más lento el flujo de la orina. Además, el útero aumenta de tamaño y comprime los uréteres dificultando el paso de la orina.

Infecciones más comunes

  • Cistitis o infección en la vejiga. Las bacterias se detienen en la vejiga y se multiplican, causando inflamación. Esta infección es común en las mujeres sexualmente activas entre los 20 y 50 años de edad. También en las embarazadas.
  • Infección en los riñones o pielonefritis. Las bacterias se desplazan a los riñones causando infección. Ésta es la complicación más grave en el embarazo, ya que puede extenderse a la corriente sanguínea y poner en riesgo tu vida.

Mantén un control estricto sobre tu estado de salud en el embarazo para evitar contratiempos.