Con frecuencia las mamás propensas a ser tóxicas tienen un carácter dominante y necesitan mantenerlo bajo su control. Piensan que expresar los sentimientos es un signo de debilidad, por lo que prefieren mantener distancia. También son narcisistas y quieren tener toda la atención.¿Cumples con algunas de estas características? Bueno, es momento de detenerte a pensar si resulta un inconveniente para tu relación con tus seres queridos. Con estos consejos evita ser una mamá tóxica.
Madura
La inmadurez es una señal de ser una madre tóxica. Cuando pretendes ser la más cool, la mejor amiga de tu hija o incluso parecerte a ella, muestras inmadurez. No eres una adolescente, debes sumir el papel que te corresponde. Tu hija debe tener límites. Si comienzas a competir con ella generarás un conflicto. Eso de ir de fiesta con ella y sus amigos o vestirte igual que ella, no es el papel de una madre. Esto no significa que no hables con ella; sin embargo, toma distancia con sus actividades.
Deja las críticas
Por favor, no sigas diciéndole que es incapaz de hacer alguna cosa bien. La crítica es un tema recurrente en los padres tóxicos. Deja de señalar todo lo que hace mal y comienza a decirle lo que está haciendo de la forma correcta. Al final, generas que tu hija desconfíe de sí misma, lo que afectará su autoestima.
No recurras a la manipulación
Debes ser capaz de comunicarte con tu hija o hijo sin manipularlos para que cambien de opinión. Las lágrimas no son la solución. Si tu hija decide irse a estudiar fuera del país, apóyala. No le digas frases como: “qué voy a hacer sin ti” o “de seguro te quieres ir porque ya no me quieres”. Todas estas acciones crean un drama innecesario.
Sé responsable
Las personas tóxicas tienen mucha dificultad para asumir las consecuencia de sus actos y comportamiento. Sé responsable y acepta que te equivocas. No culpes a otros y, sobre todo, a tus hijos. Si olvidaste el monedero en casa, el error es tuyo por no prestar atención. Omite el reproche hacia ellos y decirles: “por tu culpa se me olvidó”.