El valor que tienes por ser una mamá que trabaja para sus hijos

Toda mamá que trabaja se siente preocupada o culpable por tener que pasar horas lejos de sus hijos. No es fácil elegir entre una y otra situación. Por un lado, sabes que has estudiado y te has preparado para hacer lo que te gusta recibiendo una recompensa monetaria. Por otro lado, si decidiste tener familia es porque quieres compartir con ellos tu vida.

Cómo equilibrar la balanza

Al principio no sabemos cómo equilibrar ambos aspectos de la vida para salir adelante. Si nos dedicamos por completo a los hijos, dejamos de sentirnos plenas en el ámbito personal. El hecho de tener hijos no implica dejar de lado nuestros sueños. Es posible cumplirlos sin olvidarnos de nuestros pequeños. Tenerlos a nuestro lado hace que todo sea mejor. Son nuestros cómplices de aventuras y lo mejor es que no nos juzgan. Al contrario, están ahí para motivarnos e impedir que caigamos cuando sentimos que ya no podemos más.

Ser una mamá que trabaja

Jamás dejes de trabajar, incluso si tienes hijos. Es lo peor que podrías hacer. Las mamás que pasan todo el día con sus hijos se sienten muy bien con su lado maternal. Saben que están para sus hijos en todo momento, compartiendo sus nuevas aventuras y descubrimientos. Pero eso no es suficiente, no debemos olvidarnos que los hijos son prestados. Está bien que queramos estar con ellos, pero nosotras también tenemos una vida con la cual lidiar. Siéntete orgullosa de ser una mamá que trabaja para solventar los gastos de tus hijos. Siéntete bien por el ejemplo que les estás dando. Viéndote sabrán que no hay pretexto para no salir adelante. Ellos se sentirán orgullosos de ti porque haces lo que te gusta y lo compartes con los seres que amas.

Que no te invadan las dudas, trabajar y ser mamá es posible, solo encuentra el equilibrio.