Si en algún momento deseaste no ser como tu madre, déjame decirte que será mejor que te resignes. No estoy diciendo que sea malo parecerte a ella. Finalmente es tu madre y de una u otra manera te parecerás a ella en algún punto de la vida. Hay quienes desde chiquitas se parecen físicamente. Otras, conforme vamos creciendo nos vamos pareciendo. Sin embargo, hay otro modo de parecernos a nuestra madre y es de acuerdo a las actitudes que tenemos en la vida. Sigue leyendo y comprenderás de qué hablo.
Guardas todos los recipientes para comida
Conforme crecemos nos vamos haciendo fanáticas de los trastes para guardar comida. Ya sea que los compremos por catálogo o nos quedemos con los recipiente de yogur, crema u otro alimento descoupados. Al crecer vamos valorando lo que cuestan las cosas y, sin duda, sabemos que desperdiciar la comida no es un lujo que podamos darnos.
Andas cuidando a todo mundo
“Tápate bien porque hace frío” es un comentario que sale con más frecuencia de nuestra boca que cualquier otro. No importa si se trata de nuestros padres, amigos o incluso vecinos. Nos preocupamos de todo el mundo. Si hace frío, les sugerimos que lleven suéter. Sí, ya empiezas a ser como tu madre.
Pareces farmacéutica
Mamá sabe los nombres de miles de medicinas y, mejor aún, sabe para qué sirve cada una de ellas. Así que conforme vas creciendo, no te sorprendas si sabes los nombres de las medicinas, sabes para qué sirven y cargas las más elementales en tu bolsa.
Prefieres descansar que salir de fiesta
Al ir creciendo, valoras el descanso más que nada. Así tus amigos te inviten a miles de fiestas, te digan que van por ti y te regresan, sabes que no hay nada mejor que dormir. Catafixias tus idas de parranda por unas horas más en los brazos de Morfeo. Buena elección, créeme.
Te expresas de los jóvenes como si ya fueras una anciana
“Cuando yo era joven”, “en mis tiempos”, “eso no me dejaban hacerlo a tu edad” son solo algunos de los comentarios que sueles decir a los que son más chicos que tú. Tampoco es para tanto, no tenemos por qué exagerar.
Tu hora límite para dormir es las 10 de la noche
Si sales con amigos, con el novio o a ver a la familia sabes que debes regresar pronto a casa porque no pueden pasar de las 10 para irte a dormir. Así es, conforme creces lo que más deseas es descansar y no desaprovechar valiosas horas de sueño en otras actividades.