Las leyendas eran historias que se relataban en contextos rituales muy especiales. En la actualidad hemos perdido esas costumbres; sin embargo, seguimos disfrutando de aquellos relatos que nos causan fascinación y temor a la vez. Por eso, estas leyendas son perfectas para compartirlas con tus amigas en alguna pijamada.
El autobús fantasma
Cuenta la leyenda que un autobús lleno de pasajeros se dirigía hacia Ixtapan de la Sal. El conductor hacía su trabajo lo mejor posible, pues las condiciones de la carretera eran difíciles peligrosas. De un momento a otro cayeron a un precipicio… y jamás se supo nada de los pasajeros ni del chófer. En la terminal amigos y familiares se quedaron esperando al camión número 40. Años después del trágico accidente en la carretera, comenzó a circular un autobús viejo, pero bien conservado que llevaba unos pasajeros muy callados. Todo aquel que subía se extrañaba cuando el autobús paraba y el chófer les decía: “Baja ahora y no te gires antes de que cierre la puerta o jamás dejarás el autobús”. Los que bajaban y una vez abajo volteaban, no encontraban rastro del camión.
La Patasola
La Patasola era una mujer muy bella pero peligrosa, que habita en los selvas de Colombia. Algunos dicen que le era infiel a su marido y por ello él mutiló su pierna para después abandonarla en la selva. Por eso la llaman la Patasola. También se dice que aún permanece en esos lugares atemorizando a aquel que se interna en el bosque. Otros dicen que se come a los incautos que caen rendidos ante su belleza. Otros dicen que la Patasola es una bruja que devora a los niños perdidos. Esta leyenda se contaba a las muchachas con el fin de “educarlas”; sin embargo, resulta machista.
La Candileja
Se contaba esta leyenda a los niños para que fueran obedientes y se portarán bien. Se dice que la Candileja era una bruja que rapta a los niños irrespetuosos y a los hombres borrachos. Existen muchas versiones. En algunas, la bruja era una simple bola de fuego; en otras, la bola de fuego tenía tentáculos. Antes de ser una bruja, la Candileja era una anciana que consentía demasiado a sus nietos. Al morir fue castigada por San Pedro y él la obligó a vagar por el mundo corrigiendo a las malas personas.