El mundo en el que vivimos actualmente nos ha orillado a vivir con más de un malestar. Tenemos tantas presiones que el estrés es nuestro compañero permanente. Como consecuencia, terminamos comiendo unas papitas o algo más cada vez que sentimos esa sensación causada por el estrés. Sí, comer de más nos hace engordar, pero por desgracia el estrés te hace subir todavía más.
Te sigue a todas partes
El estrés no sólo altera tu cuerpo haciendo que comas de más; sino que altera todo tu organismo. Empiezas a sufrir de insomnio y eso hace que se altere el nivel de azúcar en tu sangre. Empiezas a tener sensación de hambre de manera constante y por ende comes más. Imagina qué pasa cuando lo haces por mucho tiempo. Exacto, el nivel de azúcar se sigue incrementando al grado de tener probabilidad de padecer diabetes tipo 2.
Lucha personal
Cada vez que comemos sube el azúcar en nuestro organismo, pero lo malo es cuando se junta el comer y comer con el estrés. Es como una bomba de tiempo en tu organismo. El azúcar que se produce sirve para alimentar a los músculos porque tu cerebro entiende que el estrés es ocasionado porque buscas escapar de algo, cosa que no es cierta. Por si fuera poco, el páncreas trabaja más duro para bombear insulina.
Cómo combatirlo
Si pensabas que el estrés es algo con lo que vivirás toda tu vida, te equivocas. Hay diversas formas de combatir el estrés:
- Yoga, box, un poco de natación.
- La técnica mindfullness, respiraciones profundas.
- También es importante que descanses lo suficiente y comas de manera saludable para que el estrés no te afecte.
Vivir con estrés no es bueno para ti, ni para mí. Si adoptas todos estos consejos, lograrás sentirte aliviada y vivirás de manera más tranquila.