Esto es lo que muchas mujeres sintieron al usar un tampón por primera vez

Lidiar con la menstruación es toda una odisea. No sólo debemos soportar los molestos síntomas como el dolor, sangrado y los cambio de humor, también elegir entre usar  un tampón, copa menstrual o toalla femenina. Cada uno tiene sus ventajas, pero hemos de admitir que usar tampones es toda una experiencia o por lo menos para mí lo fue. Te cuento un poco más…

 ¿Cómo se usa esto?

La primera vez que vi los tampones me parecieron más un juguete que un protector femenino. Había escuchado miles de mitos e historias acerca de infecciones y tampones que se quedaban atorados, por lo que no estaba muy convencida de utilizarlos. Además, no podía imaginar cómo debía colocarlos y utilizarlos. En ese entonces tenía 15 años y sólo un par de meses antes había tenido mi menarca. Durante todo ese tiempo había utilizado toallas, pero por recomendaciones de algunas amigas me animé a probar los tampones.

 ¿Sirven?

La primera vez que utilicé un tampón no creía que fuera a protegerme contra los derrames. Por eso utilicé un pantiprotector, por si las dudas. Al final el tampón sirvió perfectamente y no tuve accidente alguno. La segunda vez que lo utilicé no requerí la ayuda del pantiprotector. Sin embargo, es necesario que uses los tampones adecuados para ti basándote en la cantidad de flujo que tu cuerpo expulsa. Así mismo, es muy importante que estés al pendiente de cualquier irritación o reacción alérgica. Ten presente que nunca deben permanecer sin cambiar durante un periodo mayor a cuatro horas o podrías desarrollar alguna infección.

 ¡Lograste colocar el tampón!

Una de las sensaciones más graciosas que experimenté cuando usé mi primer tampón fue la alegría al colocarlo. Tuve que acomodarme en las posiciones más incómodas para colocarlo correctamente. Incluso tuve dos intentos fallidos que empeoraron por los nervios que tenía, pues sólo tenía 15 años. Finalmente, me relajé y con la ayuda de un espejo pude colocarlo.