Las costumbres que tenían las mujeres de la Edad Media eran muy extrañas comparadas con los rituales de higiene que tenemos en la actualidad. Las condiciones en que vivían eran insalubres en el siglo XIX.
Sus costumbres eran muy extrañas
Estas mujeres desconocían los beneficios que obtenían al practicar una buena higiene. Cuando tenían su periodo utilizaban unos trapos, en vez de toallas sanitarias. También tenían algunas complicaciones para lavar su zona íntima y en muchos casos como consecuencia hubo infertilidad.
Si tú ahora te das un baño con agua caliente, ten por seguro que eres muy privilegiada. Los europeos anteriormente no tomaban baños con frecuencia, pues pensaban que el agua les causaba infecciones les debilitaba el cuerpo y producía tisis o heridas.
Métodos de higiene muy extraños
Las situaciones que se vivían en esa época en Europa eran fuera de lo común. Los médicos se veían en la necesidad de convencer a sus pacientes de bañarse. Muchos de los monarcas de esos tiempos se bañaban 5 veces en su vida y eso era mucho. Por ejemplo: se sabe que la reina Isabel se bañó solo dos veces en toda su vida. Una fue en su nacimiento y la otra el día de su boda antes de llegar al altar. ¿Qué extraño no?
¿Miedo al agua?
Hasta el siglo XVIII únicamente se enjuagaban las manos y la boca. Los médicos aconsejaban que no se lavaran la cara de manera regular. Creían que se inflamaba la cara o había pérdida de la visión. Para el siglo XIX ya aceptaban bañarse solamente si estaban enfermos y si el médico lo aconsejaba.
Las infusiones eran famosas
La gente de esa época usaba de manera regular las infusiones de hierbas aromáticas. Cobraron popularidad para aromatizar la ropa. Los perfumes también eran muy importantes y no era permitido aparecer en el tribunal sin aroma. Además, las personas que no se bañaban los usaban con frecuencia.
¿Cómo te quedó el ojo? Qué difícil era en esa época mantenerse guapa y saludable. Los hábitos de higiene eran prácticamente inexistentes.