Para quienes creen que los embarazos son completamente maravillosos se equivocan. Como muchas otras experiencias de la vida, pueden ser complicados y nada sencillos. Es importante que tengas el cuidado y control necesario para evitar que se convierta en un embarazo de alto riesgo.
La maternidad es compleja
La mujer que decide tener un hijo, es realmente admirable. Es importante que estés consciente de que la maternidad no es un tema sencillo, aunque así lo pinten en más de una ocasión. Hay mujeres que sufren mucho para embarazarse, otras tienen matriz infantil. Los síntomas comunes en esta etapa son náuseas, dolor en la espalda, cabeza y cuello. Sin embargo, también hay otros factores que influyen en que un embarazo sea de alto riesgo. A continuación los mencionamos para que los tengas en cuenta si decides tener un bebé.
Antecedentes
Para saber si tu embarazo podría ser de alto riesgo, es importante que conozcas los antecedentes médicos en tu familia. No sólo debes enfocarte en lo que haya padecido o padezca tu mamá. También debes saber sobre las enfermedades de tíos, abuelos y padres. Las alteraciones de corazón, diabetes, hipotiroidismo, obesidad, de riñón, cáncer y trastornos mentales, son algunas de las enfermedades que debes tener en cuenta. En tu caso, debes ser honesta si hubo algún aborto previo (ya sea espontáneo o planeado). También si ya hubo embarazos previos, malformaciones o anomalías del feto. Incluso las ETS deben conocerse para evitar problemas mayores.
La edad es decisiva
Para que tu embarazo se desarrolle de la mejor forma, la edad en que lo tengas también importa. Las mujeres menores de 16 años, o mayores de 40 pueden tener más complicaciones. Esto se debe a que su aparato reproductivo aún no madura o ya está demasiado maduro. También es importante que tengas presente con qué frecuencia consumes alcohol o fumas.
Anomalías en el embarazo
Si estás embarazada y has tenido complicaciones como preeclampsia o eclampsia, debes tener cuidado, un embarazo futuro podría ser de alto riesgo. Incluso si hay placenta previa, ruptura prematura del saco amniótico o amenaza de parto prematuro.
Para que tu salud y la de tu bebé estén bien, debes acudir mes con mes al médico. En caso de molestias o problemas debes ir al médico para que todo esté bajo control.