La verdad es que siempre he sido una chica muy delgada aunque con tendencia a engordar. No obstante, nunca tuve unas curvas de impacto, sólo una figura un poco torneada. Esto jamás mermó mi autoestima aunque siempre quise lucir un poco más curvy. Por tanto, hice miles de cosas para conseguirlo, lamentablemente pocas funcionaron como yo esperaba. Sin embargo, con trabajo constante lo conseguí. Bueno… además tengo un pequeño secreto que tal vez también te funcionará a ti.
La vida siendo una chica super delgada
Desde muy pequeña he sido una chica delgada aunque un poco cachetoncilla. Esto se debe a mi genética familiar. La familia de mi mamá es alta y muy, muy, delgada. Mientras que la paterna es robusta y con curvas muy, muy, marcadas. Por tanto yo heredé ambas cualidades siendo delgada, pero mis músculos crecen con facilidad si son trabajados correctamente. Jamás tuve la intención de ir a un gimnasio o subir de peso, pensaba que eso era para las personas superficiales. Además, no entendía que el fitness es un estilo de vida y no una moda. Por eso, cada vez que me sugerían ir a un gimnasio, me moría de risa y ni siquiera lo pensaba. No obstante, mi hermano mayor siempre ha llevado una vida lo más sana posible, por lo que siempre me invitaba a hacer ejercicio con él. Lo mismo sucedía con uno de mis mejores amigos, siempre me invitaba al gimnasio o a correr por las mañanas.
Comencé a ir al gimnasio por exceso de tiempo libre
Durante la universidad comencé a preocuparme tanto por mi peso como por mi figura. Por tanto, comencé a comer de forma más balanceada, o eso pensaba yo. Sin embargo, y a la distancia, puedo ver que estaba muy equivocada. Comía de todo sin medida, con la esperanza de subir de peso. En consecuencia, sólo desequilibré mi dieta y no subí de peso. Tiempo después comencé a realizar distintas actividades en la escuela y tenía mucho tiempo entre cada una. Por ello decidí ir al gimnasio. Junto a un par de amigas comenzamos una rutina para tonificar el cuerpo. La verdad es que al principio me fatigaba mucho y hacia mal los ejercicios, pero poco comencé a tener resistencia y habilidad.
Chicas, no hay resultados después de un mes en el gimnasio
Amaba ir al gimnasio porque tras dos meses comencé a sentirme con más energía durante el día. Así mismo, me fatigaba menos y sentía mi mente despejada. Pero nada más no veía cambios en mi cuerpo, sólo lo sentía un poco más ágil que de costumbre. Por eso platiqué con el entrenador y me dijo que no existía un secreto o milagro maravilloso que me hiciera más curvy de la noche a la mañana. Tenía que ser constante y hacer otras cosas…
Bueno, sí hay un secreto
Sí, iba al gimnasio durante cuatro días a la semana, pero se me olvidaba lo más importante. No estaba comiendo adecuadamente y mi dieta era deficiente. Por tanto, fui con un nutricionista que me recomendó qué comer y en qué cantidades tenía que hacerlo. Otra cosa que olvidaba era dormir durante mis ocho horas obligatorias, de esa forma mis cuerpo se regeneraba correctamente y los musculosos crecían. También comencé a hacer ejercicios con pesas como squat, peso muerto y zancadas. Además, chicos vi resultados después de seis meses en el gimnasio. Así que no lo olviden, el secreto es la constancia.