Has notado que alguna parte del cuerpo te duele y piensas que el dolor tiene que ver con una rutina de ejercicio, una mala postura o por la edad. Sin embargo, muchos de esos dolores son ocasionados realmente por nuestros pensamientos y emociones. Cuando dejas de expresar lo que sientes, tu cuerpo buscará la forma de sacarlo.
Si te duele…
- Oídos. Sientes esa molestia porque has dejado de escucharte a ti misma. Ignoras tus logros y por ende no te muestras amor propio. A veces sientes que eres incomprendida, más bien piensas que todos te critican. Estás perdiendo tu propia esencia.
- Garganta. Se cierra cuando sientes dolor o tristeza. Debes cantar, saca todo eso que sientes para alegrar de nuevo tu corazón.
- Pecho. Duele por desamor, por alguna decepción de cualquier índole. Aprende a aceptarte y amarte tal cual eres, no olvides que tú eres lo más importante para ti y debes estar a gusto con tu vida.
- Estómago. Duele porque guardas tus emociones negativas y eso va generando malestares como colitis o gastritis. También puede suceder porque no comes de manera saludable. Date mimos para mejorar tu salud.
Dolores externos
- Manos. Te aferras a todo lo que te rodea, quieres ser la única que le dé solución a todo. Aprende a soltar lo que no puedes resolver. No te aferres a nada, recuerda que no te llevarás nada, mejor enfócate en disfrutar.
- Piernas. Mucho cansancio porque no agradeces lo que llega a tu vida. Aprende a disfrutar y ser agradecida.
- Espalda. Estás pendiente de los juicios y críticas que otros tienen de ti. Libérate de todo eso.
- Rodillas. Las caídas son parte de la vida y de los aprendizajes, no te martirices por cada vez que te toca caer. Debes ser humilde y tener esperanza de que todo va a mejorar.
- Pies. Quieres hacer mil cosas, pero a veces es necesario detenerte un poco a darte un respiro y continuar.