Comer es uno de los placeres de la vida y a todas nos gusta comer cosas deliciosas. Por desgracia, algunas de nosotras tenemos que declinar ciertos alimentos debido a un problema: la intolerancia. Y no cualquiera, sino a la lactosa. Una sustancia que contienen los productos lácteos con los que se preparan alimentos deliciosos, como quesos, crema, helados, yogures y demás. Yo he vivido con esto desde que tengo 15 años y al principio fue una tortura. No sabía bien qué es lo que le pasaba a mi estómago hasta que el doctor me comentó que no toleraba la lactosa. Poco a poco fui creándome hábitos para sentirme mejor, pero no fue fácil y sigue sin serlo. Te cuento algunas situaciones que he pasado debido a mi intolerancia. Y si tú también la tienes, seguro te identificas con esto.
Si tomamos un poco de leche es lo peor
Las personas que somos intolerantes a la lactosa tenemos que tener mucho cuidado. Si tomamos un poco de leche de vaca al rato estaremos pagando las consecuencias. Mucha gente piensa que exageramos al no beber ni una gota, pero solo nosotras sabemos las consecuencias que trae. Por ejemplo: dolores terribles de estómago y estar inflamada todo el tiempo. A mí, estas molestias me duran unos tres días y por eso cada vez que veo esta bebida prefiero estar lo más lejos posible de ella.
Pagamos de más en el super o en las cafeterías
Que nuestro estómago no tolere esta sustancia implica que gastemos más dinero. Yo tengo que comprar leche de soya o de almendras, ya que esa es la que tolera mi organismo. Pero sin duda, las leches vegetales son más caras que la de vaca y cada vez que voy al supermercado mi estómago me recuerda lo caro que es hacerlo sentir bien. Por otra parte, cuando voy a una cafetería y quiero una bebida, como un café o chocolate, tengo que pedirla deslactosada. Esto, aumenta un poco el precio, así que debido a mi condición tengo que gastar de más.
A veces tienes que rechazar ciertos alimentos
Para no sufrir ciertos malestares, muchas veces hemos rechazado ciertos alimentos, en especial los que son elaborados con leche. Las personas piensan que somos payasas, pero no es así. Solamente estamos previniendo los malestares que provoca la lactosa en nuestro estómago. Es cierto que hay alimentos que nos morimos por probar, pero muchas veces es mejor rechazarlos a estar con malestares por varios días. Más vale prevenir que lamentar.
Nos olvidamos de ciertos postres
Así como rechazamos algunos platillos también es dejamos de comer algunos postres. Esto es una de las cosas que más me cuesta, ya que me encanta el dulce. Soy una persona que siempre tiene que comer algún dulce o postre, por lo que rechazar algunos me duele mucho, pero es lo mejor. He aprendido a identificar cuáles postres no me caen bien y es mejor evitarlos. El helado es uno de ellos. No puedo comer helado en cualquier lugar, pero no pienses que he dejado de comerlo. Ahora ya tengo ubicados los lugares donde este postre es elaborado con menos leche y por ende no me cae pesado.
Al final, aprendes a sobrellevar este problema
Ser intolerante a la lactosa ya es parte de mi vida. He vivido con este padecimiento por varios años. Y al final, he aprendido a sobrellevarlo y a vivir con él. Al principio me costó trabajo modificar mi alimentación y dejar de incluir lácteos en mis comidas. Fue difícil, ya que tomaba mucha leche y claro que el cambio a la leche de soya cuesta mucho. El sabor no es el mismo ni la consistencia que le da a ciertas bebidas. Pero con el tiempo sabes que estás haciendo un cambio que beneficia a tu cuerpo y, además, está comprobado que consumir leche vegetal es mejor que la de vaca.
¿Tú has pasado por esto al ser intolerante a la lactosa?