Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son padecimientos que se adquieren a través de las relaciones sexuales. Esto sucede por el contacto piel con piel y por los fluidos corporales que, intercambiamos. Cuando llevamos una vida sexual activa estamos muy expuestas a contagiarnos de alguna de ellas. Si aún no tienes muy claro todo sobre las ETS, aquí te dejo información al respecto.
Síntomas
Cada ETS tiene características propias y esto hace que algunas sean más fáciles de detectar que otras. Es decir, podemos experimentar o no síntomas que nos pongan en alerta. Aquí te comparto una breve descripción de las infecciones más comunes para que tengas una idea de los síntomas.
Herpes. Es una enfermedad que se contagia por contacto anal, vaginal u oral. El virus permanece en tu organismo toda la vida una vez que te contagiaste, pero es posible tratar las molestias con medicamento. El síntoma que delata al herpes es la aparición de úlceras dolorosas en la zona vaginal.
Clamidia. Es causada por una bacteria y sí es curable. La mujeres no presentan síntomas o son tan discretos que suelen confundirse y pasar inadvertidos. Algunos de ellos son: dolor al orinar o al sostener relaciones sexuales y fluido vaginal distinto al usual.
Gonorrea. Esta ETS también se puede curar fácilmente. Sus síntomas son muy parecidos a los de la clamidia. Los expertos explican que las molestias aparecen alrededor de las dos semanas posteriores al contacto sexual. Ardor al orinar, flujo vaginal amarillento e irritación en los genitales son algunas señales.
Sífilis. Esta enfermedad es curable, pero es importante que se detecte a la brevedad para que no se convierta en algo grave. Es una infección que va por etapas, la primera consiste en la aparición de llagas en los genitales, que al principio no duelen. Sin embargo, si no es tratada a tiempo puede acarrear daño cerebral o nervioso.
Pruebas de detección
El diagnóstico de una ETS puede ser inmediato y es fácil de hacer, así que depende de nosotras checarnos con frecuencia para detectar a tiempo cualquier problema. La prueba de detección es tan sencilla como tomar una muestra de nuestros fluidos y/u orina. Así, nuestro médico podrá identificar la presencia de virus o bacterias.
¡Cuídate!