Al ir de compras todas hemos cometido algunos errores. No por nada algunos días “no tenemos nada que ponernos”. Prepárate para reír, pues aunque leas mil veces estos consejos, podrías terminar cometiéndolos una vez más, porque siempre lo hacemos (obvio de forma inconsciente).
Comprar tallas erróneas “porque están en rebaja”
“Está baratísimo y no importa que esté más grande, me lo llevo”. ¿Te suena? Acto seguido la usas dos veces y como no te queda y no se te ve padre, queda recluida en el fondo del clóset. Lo peor del caso es que la encontrarás de nuevo cuando busques algo diferente volverá a aparecer, saldrá y volverá al confinamiento. Consejo: deja de tener reos en tu armario.
Ir desarreglada y enojarte porque no encuentras nada
A todas nos ha pasado, comienzas a recorrer la tienda y encuentras algunas prendas que quizá te puedan servir. Sin embargo, cuando llegas al probador te das cuenta de que nada te queda bien y lo peor es que el probador se convierte en tu peor enemigo. El error reside en que fuiste tan desarreglada, que no importa si el vestido que elegiste es precioso, no te va a gustar cómo se te ve.
Comprar prendas que no combinan con nada de tu armario
Un claro ejemplo de este problema se da cuando hay un color de moda. Digamos el amarillo. Un color difícil de combinar incluso para las expertas. Lo peor es que terminas comprando esta prenda porque está moda. Y cuando llegas a tu casa, te das cuenta de que no tienes absolutamente nada que combine con esta prenda.
Hacerle caso a la amiga o a tu mamá
Al ir de compras lo peor que puedes hacer es llevar un chaperón que no tenga un gusto similar al tuyo. Cuando de compras se trata, la opinión más importante es únicamente la tuya. No dejes que alguien más escoja tu ropa, al final la que va a usarla eres tú.
Sigues comprando prendas negras
No mientas, te aseguro que tienes mas de cuatro prendas de ese color y no necesitas otra. No obstante, seguirás comprando prendas negras aunque parezcas retrato.