Ya deja de perseguir a quien no vale la pena

“Él va a cambiar”, “es que me trata bien cuando nos vemos”, “ayer platicamos hasta tarde”… Excusas hay miles y más cuando se trata del chico por el que mueres. Así que puedes seguirte haciendo la tonta y elegir ver esa cosa que hizo bien dentro de las 10 que hizo mal. O dejar ya de perseguir a quien no vale la pena. Si no lo haces, quizá seguirás en la banca en la que yo estuve enterrada un año entero. Estarás esperando a que el sujeto ordene sus prioridades, mientras lloras, sufres y te frustras por falta de respuestas. Aunque tarde, encontré una gran salida a esta horrible realidad. Ya deja de perseguir a quien no vale la pena.

Me enamoré como una tonta… repito, ¡tonta!

Sí, tonta, porque una mujer inteligente a las primeras señales de rechazo da la vuelta y sale de esa jaulita. Me refiero al sitio donde varios chicos guardan a las chicas “lindas” que quieren pero de las que no pueden enamorarse. En fin, me enamoré de un chico que me decía la misma cantaleta por meses. “No estoy listo” y “tengo que estar bien conmigo mismo” eran sus pretextos para alejarse de mí cada vez que yo daba un paso al frente. Sin embargo, en cuanto él me necesitaba para sentirse bien, cuando estaba enfermo o necesitaba apapacho, ahí aparecía la tonta. Durante todo un año sufrí el estira y afloja sin saber muy bien a dónde dirigirme. El sabía perfecto cómo manipularme, con algunas muestras de coquetería y algunas otras de cariño.

No le deseo a ninguna mujer este estancamiento

Cuando llegó la Navidad, me encontraba un tanto desolada. Después de ver a este sujeto y darle un regalo que planee por semanas, él respondió con un simple “gracias”. Ni un abrazo cariñoso, palmada en el hombro ni un dulce o apapacho de vuelta. Regresé a casa lo más rápido que pude para enterrarme en mi cuarto a llorar viendo películas de desamor. Fue en la última película, El descanso, donde encontré mi viva imagen en el personaje de Kate Winslet. Si no la has visto, deberías hacerlo ahora mismo, está en Netflix. Claro que yo no me fui de vacaciones a otro país para desenamorarme de ese sujeto. Pero al final lo conseguí a mi manera.

Dejé de responder sus mensajes

Fue bastante difícil al principio, pero estaba tan enojada con él, que después de una semana dejé de sentirme culpable por no contestarle. Estaba muy enojada, decepcionada, triste y tenía un constante dolor en el pecho que se dejaba sentir cuando me metía a la cama a llorar. El amor o enamoramiento es como una droga: cuando se la quitas a tu cerebro por una temporada se vuelve loco. Entonces comienza a traicionarte para que regreses a consumirla.

No quise verme ardida, así que solo dejé que hablara solo hasta que se hartó. Ya sé, quizás esta no fue la mejor forma de sacarlo de mi vida, pero para mí fue un gran avance. A lo que voy es que tienes que ser tajante en este aspecto. Si el sujeto no te está dando el lugar que mereces, solo da la vuelta y márchate tú.

Y me fui…

 

Poco a poco, el primer paso fue borrar de mi celular todas las fotos suyas y sus conversaciones. Silencié sus notificaciones y comencé a hacer cosas nuevas. Al principio estar sola fue un tanto difícil, pues me acostumbré a su compañía por mala que fuera para mí. Todos los días procuraba recordarme a mí misma que soy la protagonista de mi vida. Lo que él haga o deje de hacer no es mi problema. Comencé a ocupar mi tiempo en actividades más productivas, me involucré en mi trabajo, en mis procesos creativos y hasta me animé a inscribirme a una clase para hacer velas solo para distraerme.

Fui sacándome brillo poco a poquito

Como típica mujer, me pinté la melena, cambié un poquito mi rutina diaria y comencé a vivir todos los días como si el tiempo fuera acabarse. Un proceso duro, pues siempre es más sencillo perseguir a alguien, que saber qué hacer con tu soledad y tu vida. Todavía tengo cachitos rotos y sé que pasará un tiempo para que supere al sujeto en cuestión, pero eso no me detiene. Es un proceso para llorar, caerme y volver a encontrarme a mí misma de una nueva manera. Me refiero a estar dispuesta a ser la protagonista dejando el pasado atrás, donde debe estar, y aceptando nuevos retos para que solita la vida me traiga lo nuevo.