Si le diste todo y no se quedó, el malo no es él, eres tú

De hoy en adelante, fíjate bien a quién le das tu tiempo y un lugar en tu vida. Es cierto que amar es la cosa más maravillosa del mundo, pero también es verdad que en ocasiones las personas sacan de nuestra bolsa de dulces todo lo que quieren y no regresan nada a cambio. Al final, te quedas solamente con las envolturas. ¿Quién es el malo?

El amigo de un amigo

Tengo un amigo que entusiasmado por el gusto que le tenía a una chica tras una relación de tres meses, cambió de trabajo, dejó a su familia y se mudó a otro estado. En tres meses cambió toda su vida para estar cerca de la chica que, más adelante, lo dejó sin temerla ni deberla. Mi amigo, por supuesto, quedó destrozado. Además, tuvo que quedarse un año más en su nuevo hogar, alejado de familia y amigos, porque firmó varios contratos que lo obligaban a quedarse ahí por un largo rato.

¡Aguas con la bolsa de dulces!

Cuando estamos enamoradas, (y enamorado, porque nos pasa tanto a hombres como a mujeres), no nos damos cuenta de cuánto invertimos en nuestras relaciones personales. Cuando mi amigo llegó a llorar después de meses de soledad en un lugar desconocido porque había dejado la ciudad para irse con la novia, no le tuve mucha compasión. Sé que el duelo puede ser algo terrible, sobre todo cuando piensas que es “persona correcta”. No obstante,  creer que es la persona indicada para el resto de tu vida no es una invitación a que le des toda tu bolsa de dulces (amor, atención, tiempo, ganas), porque en el caso de que ella se vaya te vas a quedar sin nada.

¿Dónde está tu bolsa?

Cuidarte a ti misma esa es la misión. El malo no es quien se va sin pedir permiso, es quien da sin pensar en sí mismo. No es correcto ni para ti ni para la otra persona que te desvivas por darle todo. Es como darle permiso a un ladrón de entrar a tu casa a robar y decirle en el último minuto: “Pero me deja la tele, ¿verdad?”. El amor no es darlo todo, es compartir tu tiempo, amor, experiencias, etc. Dar absolutamente todo de ti no es una señal de que estés haciendo bien las cosas. Es indicio de que estás dejándote llevar por un impulso, creyendo que vas a recibir así como das, eso pocas veces pasa. Darlo todo también es una señal de que tu autoestima no anda tan bien como crees. Él malo no es él.

Porque si te amaras a ti misma, te pondrías primero

La realidad es que primero eres tú. Las personas sanas lo hacen todo el tiempo. Comparten muchas cosas de su vida, pero jamás permiten que una persona se convierta en el centro de su felicidad. Tener una relación amorosa es de dos, debes entender que no tienes que darlo todo ni tampoco él. Eso no lo hace el malo. Ámate un poquito más, aprende a ser feliz contigo misma antes de irte con alguien más. Si no sabes cómo quererte, es probable que caigas en estas relaciones de aire. Asustas a tus parejas, pues a nadie le gusta ser el centro de adoración. Si quieres centrar tu felicidad en una persona y que ella se comprometa y te ame incondicionalmente, hazlo con la persona que ves en el espejo todos los días.

Eres suficiente

No te sientas mal si diste mucho y la persona que decía amarte se fue o no lo valoró. Quizás no estaban en la misma sintonía y por eso él salió huyendo. El quería algo más light y tú ya te veías casada con él. El amor no está solo en una persona, existen mil formas de encontrar al verdadero. No perdiste nada cuando te dejaron, solo ganaste un aprendizaje. Quédate con eso y comienza a aprender de tu línea de tiempo. Corrige, aprende y vuelve a sonreír. Tómate el tiempo para saber quién eres y siéntete orgullosa de ti cuando lo descubras.

Al final, el malo solo es quien no se quiere a sí mismo y busca en los demás el amor que debería venir de adentro.