Tiene relativamente poco tiempo que la depresión infantil se dio a conocer con ese nombre. Cada vez que veíamos a un niño triste o llorando parecía normal porque ellos “son así”. Ellos suelen quejarse cada vez que quieren, a diferencia de los adultos.
Existe la depresión infantil
La depresión ya no es exclusiva de adolescentes y adultos. Esta enfermedad se ha diagnosticado a pequeños, incluso menores de tres años de edad. Entonces es importante que pongamos atención a las conductas normales de nuestros hijos para que en cualquier cambio evidente podamos hacer algo al respecto.
Bebés
La depresión en bebés (menores de 3 años) se hace notoria cuando el pequeño no responde ya a algún tipo de estimulación temprana. Cuando no tienen iniciativa, sufren problemas de sueño y lloran más de lo normal.
Lo ideal es observarlos bien para saber si puede estar presentando un cuadro depresivo o es otra causa. Si tú estás tratando de consolar a tu bebé y ya no responde a eso, por ejemplo, pues tal vez esté deprimido.
Niños
Los niños más grandecitos ya presentan síntomas más claros como son:
- Duermen mucho o muy poco
- Comen mucho o muy poco
- Se comunica con pocas palabras
- Se aburre fácilmente
- Llora mucho o está triste todo el tiempo
- Se enoja mucho, es muy agresivo
- Tiene baja autoestima, menciona que no le gusta cómo es él mismo o la forma de vestirse.
- Sus cuentos o historias están plagadas de finales tristes
- No acepta el rechazo ni el fracaso
- Se frustra de más
Es super necesario que cada conducta distinta que notemos en nuestros hijos, la anotemos y estemos muy al pendiente de ellos. Hagamos un registro de sus actitudes y cambios de humor. Ante cualquier sospecha no dudes en consultar al pediatra de inmediato. Así podremos evitar lo peor.