Hablando de lecciones de vida, hace poco una de mis amigas más cercanas sufrió una gran pérdida. Fue un momento espantoso para ella, por más que yo quisiera aliviar un poco su dolor, simplemente no se podía. No digo que no hay que tener responsabilidad afectiva o empatía, pero hablando enserio, nadie se puede poner en los zapatos de nadie.
No es tu trabajo así que no te sientas culpable
Nunca vas a poder sentir el dolor de alguien más y por supuesto que nadie se va a poder poner en tus zapatos de la misma forma. De hecho no tienes que hacerlo, puedes estar presente para darle apoyo a la persona que tienes al lado, pero de ninguna forma deberías luchar las mismas batallas. Cada quien tiene un espacio para su duelo, el dolor y también para la felicidad y el crecimiento.
Quédate cerca pero no luches las batallas de los demás
Cuando era más pequeña las infidelidades que vivieron mis amigas las sentí como mías. Sufrí con mis amigas y sobre todo con mis familiares. Con los años me he dado cuenta que las personas quieren que sientas su dolor, necesitan esa empatía. Afortunadamente es imposible que tu sientas el mismo duelo que ellas, digo afortunadamente porque ese no es tu trabajo, no es tu lucha y no es tu crecimiento.
No puedes esperar que la vida de los demás se detenga
Tampoco puedes esperar que todo el mundo a tu alrededor actué como si tu duelo fuese el suyo. A veces lo hacemos pensando en el futuro, en que quieres a las personas cerca. Las personas pueden ayudar, sean amigos y familiares. Pero quién realmente va a tener que sanar eres tu, teniendo o no el apoyo de los de tu alrededor.
Aprende a sanar tus heridas
Estamos pasando por un momento difícil y mientras en muchos hogares se siente la tristeza de la perdida, unos cuantos más resienten las mismas. Somos una gran cadena, así que piensa que pasaría si en vez de tomar las luchas de los demás, voltearas a ver tu vida y agradecieras lo que tienes hoy. Si cuando a ti te pase algo, tomas las riendas de tu duelo, sin esperar a que los demás te salven y comienzas a amarte mucho muchísimo. Sí dejas el miedo atrás. Sanar no es algo que se haga en conjunto, pero puede llevar a grandes cambios colectivos. Que pasaría si tuviéramos más casas agradeciendo la vida de los que ya se fueron, en vez de llorar su pérdida.
La vida es un ciclo y creas o no en dios, reencarnación, etc… Algo es seguro, la vida de los que se han ido hay que celebrarlas. No te interpongas en el duelo de los demás, se más sana y consiente de ti misma. Agradece lo que tienes, deja de las personas sanen a su ritmo. No pobretees a los demás, dales alegría, cambia de tema. Se la guía que los lleve a un lugar apartado del dolor. Porque si lo haces de esa forma, siempre le serás útil a tus seres amados y protegerás tu energía de los demás.