No me digas cómo educar a mis hijos, mejor ocúpate de los tuyos

A todos nos resulta muy sencillo criticar a una madre cuando la vemos en el super. “¿Cómo es posible que deje que su hijo haga semejante berrinche?”. “Si fueran mis hijos ya los hubiera puesto en su lugar”. Parece asunto sencillo, pero la verdad es que la maternidad es una de las cosas más complejas de la vida. Sí, es hermoso tener a un pequeño ser que te dice “te amo” de la forma más honesta que jamás escucharás. Sin embargo, nadie nos enseñó cómo educar a los hijos y lo menos que podemos hacer es juzgar y criticar.

Gracias mami, pero no te metas

De hecho, la primera persona que se mete en la manera en que educarás a tus hijos es tu madre. Así es, no digo que tenerlas cerca sea bueno. Más bien, se trata de marcar límites para que mami no quiera o pretenda tomar una postura más allá de la que le corresponde. Es la abuela, sí, la que se encarga de mimar y malcriar a los hijos. No es la persona que va a querer cumplir los sueños que tuvo contigo en la infancia y no lo logró. Perdón mamá, no lo digo porque no te quiera, sino porque tú ya tuviste a tus hijos para hacer y deshacer. Te pido que ahora me dejes a mí cometer mis propios errores y tener mis propias aspiraciones como madre.

Amigas, ¿cuáles?

Al convertirme en madre, también me di cuenta que muchas de esas personas que decían ser mis amigas, en realidad no lo eran. Como dije, es muy fácil criticar, pero casi nadie tiene un poco de empatía por ti o por lo que estás haciendo. Es muy fácil decir “qué malhumorada eres, yo cuando sea mamá seré menos regañona que tú”. “¿Por qué no los dejas divertirse más tiempo?”. “¿Por qué no se los encargas a tu mamá cada vez que te invitamos a salir?”. Me queda claro que la decisión de convertirme en madre fue sólo mía. Sin embargo, a todas esas amigas que hablan por hablar sólo les quiero decir algo. ¡Dejen de meterse y de opinar si no tienen una idea de lo que significa ser madre! ¡Dejen de decirme cómo educar a mis hijos!

Ustedes no son las que han pasado una, dos o muchas noches en vela y por eso terminan malhumoradas. Si no dejo que mis hijos jueguen todo el tiempo que quieran es porque, aunque son niños, deben tener límites y normas. Ya sé que mamá puede ver a mis hijos, pero el hecho de que me dé la libertad de contar con ella no significa que abuse de eso.

Tú a lo tuyo y yo a lo mío

A todas esas personas a las que les resulta fácil opinar y criticar quiero decirles algo. Enfóquense en sus asuntos y dejen de meterse en la vida de los demás. Piensa si a ti te gustaría que te dijeran cómo educar a tus hijos. Una cosa es que puedas dar consejos y eso es bienvenido. Sin embargo, llegar, criticar, juzgar y dejar tu labor por alto, es algo que a la larga fastidia. Si te sientes la madre del año, perfecto, me da gusto por ti. Sigue enfocándote en seguir manteniendo ese título, pero a mí déjame ser feliz y hacer las cosas de la mejor forma que creo.