Todo lo que pasa al planear una gran fiesta

Recientemente viví el proceso de planear una gran fiesta, y es tan agotador que ni te lo imaginas. Todo pinta fácil, parece que tan solo es reservar un salón e ir viendo los detalles poco a poco. Sin embargo, cuando menos te imaginas el tiempo te ha absorbido y la fecha está a la vuelta de la esquina. Créeme, por más que planeas las cosas no todo sale como te lo imaginas. Y no, no lo digo por espantarte, es para que tomes las medidas necesarias, o en pocas palabras, tengas un plan “B”, porque quizá lo necesites. En fin, a continuación te comparto mi experiencia acerca de todo lo que pasa al planear una gran fiesta, junto con algunos consejos que seguramente te resultarán muy útiles.

Sientes muchísima emoción

¡Obvio! Es una gran fiesta que está hecha a tu manera, así que es normal que te sientas entusiasmada. Derrama toda tu euforia mientras puedas. Además, eventos de ese tipo no se viven todos los días, ya sea por tu cumpleaños, boda, graduación, etc. Incluso, cuando no es tu propia fiesta, ser la organizadora es todo un privilegio.

Estás muy indecisa a la hora de elegir

Algo importantísimo al planear una gran fiesta es decidir qué cosa es mejor. Si eres indecisa, te recomiendo que lleves a alguien contigo. Ya sea a tu mejor amiga, tu hermana o tu mamá, pues los vendedores siempre te convencerán de que adquieras lo más costoso. Mi consejo es que realmente tengas una idea en mente. También te recomiendo que veas los catálogos de los productos que te ofrecen (como arreglos de flores o mantelería). De esta forma puedes llegar a un acuerdo. También existe la posibilidad de que otro producto sea mejor. No cierres tu mente a una sola idea, pero tampoco dejes que el proveedor te venda lo que él quiera, ¿vale?

Posiblemente la fecha que tú deseas no está disponible

Vamos a poner de ejemplo el día de tu boda. Desde pequeña has soñado con casarte tal día del mes porque te recuerda a una persona. O quieres que sea en la misma fecha de su aniversario o de cuando se conocieron, supongamos un 10 de marzo, ¿me explico? Entonces, vas a buscar el salón de fiestas ideal y te dicen que el 10 de marzo no está disponible. Buscas disponibilidad en otros salones pero ninguno te convence. Entonces, es ahí cuando tienes que adaptarte a los hechos a pesar de tus deseos.

El estrés te consume al igual que los gastos

La fiesta en la que me tocó colaborar fue para celebrar unos 15 años, y ver a mi mamá estresarse y contagiar su mala vibra al planear todo me dejó un mal sabor de boca. Parece que detalles como las flores, la comida o la música no son la gran cosa, pero es lo contrario. Debes tener todo organizado en una agenda, anotar tus pensamientos, opiniones y precios, además de las fechas en las que hay que confirmar los servicios o hacer los pagos correspondientes.

De ley algo sale mal el día de la gran fiesta

Lo siento, pero sí, algo saldrá mal ese día. La mega super recomendación que te doy es que no quieras hacer todo sola, por ejemplo, recoger una cosa y después llevarla al lugar del evento. En serio, pídele ayuda a alguna amiga o a una persona cercana a la planificación de la fiesta. Te quitarás un peso de encima y, sobre todo, no perderás  los estribos.

Una vez pasado el estrés, ¡solo queda disfrutar!