Si eres mexicana, de seguro sabes lo que es ser criada por una madre mexicana. Ella no tiene comparación. Las mamás son igual de encantadoras, cariñosas y super regañonas pero siempre por tu bien. Y como dicen, no hay nada como el amor de mamá. Así que si has vivido alguna de estas experiencias es porque, sin duda fuiste criada por una madre 100% mexicana.
Aprendiste el super poder de la “chancla voladora”
Sin duda algo que caracteriza a toda madre mexicana es pegar a su hijo con la chancla. Es un método de castigo para quitar “chiflazones”, berrinches y lloriqueos de inmediato. Cada vez que veías a tu mamá quitarse la chancla sabías que era momento de correr. Y por alguna extraña razón si te la aventaba caía justo encima de ti. ¿Por qué? Sigue siendo un misterio.
Tu mamá te enseñó a decir “mande” en vez de “¿qué?”
¿Cuántas veces tu madre te regañó por decir “¿qué?” al contestar? Si era posible te corregía a gritos solo para que entendieras que decir “¿qué?” era de mala educación. Lo sé, a mí también me hubiera gustado que mi madre me lo dijera de buena manera. Sin embargo, toda madre mexicana sabe cómo corregir a su cachorro para que no lo vuelva a decir nunca más.
¿Viste un bote de yogur en el refri?, de seguro eran frijoles
¡Era toda una decepción! Y hasta la fecha lo sigue siendo. Ahora entiendo por qué las mamás hacen eso pues es una manera muy fácil de reutilizar los botes. En realidad no lo hacían a propósito. Además, todos los recipientes te los llevabas a la escuela. Lo curioso es que ni una gota de frijoles, salsa o sopa se le derramaba al bote y por ello era difícil darse cuenta que no era un yogur.
Y la caja de galletas tenía hilos y agujas
Esto era una decepción mucho peor, pues ese bote circular de galletas de mantequilla ¡nunca tenía galletas! Y dime: ¿tu recuerdas las galletas de ese bote o siempre fueron hilos? Yo nunca recuerdo en qué momento compraron las galletas o, peor, cuándo se las comieron.
No te levantabas de la mesa hasta terminar toda tu comida
Podías pasar horas sentado en la mesa sin probar otro bocado de ese terrible platillo. Tu madre te daba dos opciones: terminar toda tu platillo en ese momento o hacerlo en la cena. Es decir que no te salvabas ni de una ni de otra, ¡ni modo!
Tu mamá hacía caldo en el día más caluroso
Para una madre mexicana la temperatura ¡no existe! Y mucho menos es una excusa para hacer un delicioso caldo. Eso sí, el caldo que hace tu mamá era el mejor de todos. Sin embargo, elegía el peor momento para cocinarlo. ¿Y saben qué es lo curioso? ¡Todas lo hacen!
Fuiste humillada por no encontrar las cosas en donde “ella las había dejado”
¿Qué clase de super poder tenían las mamás que mágicamente aparecía el objeto donde lo buscaste? En serio que yo fui humillada o regañada por no encontrar algo que a “simple vista” estaba ahí.
“Porque soy tu madre” era el argumento final para cualquier discusión
Ella es la jefa, así que ni intentes meterte con ella. Para toda discusión su argumento siempre fue “porque soy tu madre”, es decir que tenías que obedecer sus reglas.
Te mandaba por las tortillas
Probablemente eran las dos de la tarde en un día muy soleado y cuando llegabas a las tortillas ¡pum!: una enorme fila. Ir por las tortillas te tomaba más de 20 minutos, pero al menos te quedaste con lo que restaba del dinero. O hasta la fecha sigue siendo así.
