Ser madre es una tarea titánica, pues hay muchos aspectos que debes tomar en cuenta. Además, tu hijo no sólo obtiene su educación de ti, sino de los lugares en los que se desenvuelve. Por tanto, en ocasiones sueles ser un poco sobreprotectora e intentas controlar su entorno, sus decisiones, gustos… Temo decirte que estás pecando de hipermamá…
Tienes planeada su vida
Desde antes de su nacimiento ya sabías a qué se va a dedicar, la mujer con la que quieres verlo casado e incluso el número de hijos que tendrá. Es necesario recordarte que tu hijo es un ser individual que tiene que explorarse y conocerse mediante su experiencia con el mundo. Por tanto necesitas soltarlo un poco y acompañarlo en su crecimiento, más no dirigirlo estrictamente.
Piensas que sólo tú sabes lo que es mejor para él
Cada vez que necesita tomar una decisión, tú ya sabes la respuesta. En este sentido no te importa lo que él piense o sienta, pues como eres su madre, piensas que sabes lo que es mejor para él. En cierta medida es cierto que puedes vislumbrar cuáles son las mejores opciones para él. Sin embargo, sólo él sabe lo que siente y lo que quiere; por tanto, debes respetarlo.
Estás pecando de sobreprotectora cuando no lo dejas explorar
Eres de esas mamás que pegan el grito en el cielo cada vez que tu hijo quiere salir a jugar. Te da miedo incluso que tenga contacto con el pasto o los animales. De cierta forma te concedo la preocupación, pues siempre tienes que estar al pendiente de su seguridad. No obstante, él necesita exponerse un poco para aprender a resolver problemas y desenvolverse en diferente escenarios. Eso sólo lo aprenderá cuando salga y se divierta.
Cuando justificas su mal comportamiento
Este es uno de los peores hábitos que puedes inculcarle a tus hijos. Ellos deben aprender a ser responsables de sus acciones y las consecuencias. Sólo así serán adultos competentes y responsables. Por tanto no debes justificar su mal comportamiento en ningún momento y bajo ninguna circunstancia.