Después de tener una mala experiencia en el amor, solemos bloquear aquellas emociones que nos puedan poner en riesgo de caer en él. Evitar amar de nuevo es lo que muchas personas intentan hacer después de una mala relación, pero ¿será lo más sensato?
Las conexiones
Los seres humanos estamos programados genéticamente para conectar entre nosotros. Los lazos emocionales nos ayudan a ser una sociedad en funcionamiento. Hemos sobrevivido como especie creando estos lazos emocionales, pero cuando uno de estos se pierde suele existir mucho sufrimiento. Desde un punto de vista neurológico, la hormona del estrés comienza a invadir el cuerpo cuando el corazón se rompe. Sin embargo, muchas personas no solo experimentan dolor por la falta de un ser amado, también una completa falta de energía vital.
¿Deberíamos evitar amar de nuevo?
Dejar de amar para no sufrir es el mantra de las personas que han tenido un mal de amores. Lamentablemente, cada vez que se inicia una nueva relación, llevamos con nosotras equipaje extra. Es decir, ninguna relación humana comienza desde cero. Nadie deja su equipaje en la puerta y lo olvida. La forma en la que lidiamos con nuestro pasado hará que vivamos un presente con mejores relaciones personales. Así que la respuesta es “no”, es una mala idea dejar de amar. Amar es lo que nos convierte en seres humanos y estos lazos es lo que nos convierte en seres funcionales. Al final no todas las relaciones con los demás deben ser para siempre, pero es imposible ser seres humanos sanos bloqueando los sentimientos y emociones que se generan al conocer a alguien nuevo.
El duelo de hombres y mujeres
Según un estudio realizado en el University College London, existen muchas diferencias entre hombres y mujeres cuando se trata de afrontar una ruptura afectiva. Las mujeres tienen una mejor habilidad para superar una ruptura, mientras que los hombres pueden tardar años en lograrlo. Detrás de la fortaleza que fingen, hay un hombre asustado que no sabe cómo pasar la página.