Carta a mi abuela

Querida abuela:

shutterstock_284497751

No pretendo ni pretenderé sacarte de mi vida nunca. Si he empezado esta carta de esta manera es porque me has enseñado muy bien que el tiempo no pasa en balde. Y como siempre me has dicho: hay más tiempo que vida.

Agradezco el tiempo que dedicaste a cuidarme cuando mis padres estaban trabajando o se encontraban lejos. Incluso podría decir que esa fue la mejor época de mi vida. Al mirar al pasado, no podría recordar una infancia tan dulce si no hubieras estado tú en ella. Ahora que los años han pasado y gracias a ti soy una adulta completa, me doy cuenta de lo que significó tenerte a mi lado mientras crecía. Por duro o fuerte que parezca, ninguna madre es capaz de dar el amor que da una abuela a sus nietos. Quizá sea porque las madres tienen la capacidad de corregir para educar y los abuelos corrigen amando.

Lo que me enseñaste

662418

662418

Te estoy muy agradecida de haberme enseñado lo que mi mamá por algún tiempo no pudo.

Gracias a ti me convertí en mejor cocinera que mi madre, me enseñaste a disfrutar de las cosas más pequeños: cómo sentarte a platicar con alguien, y me mostraste el valor de un abrazo.

Con el tiempo empecé a crecer, pero tú seguías recordando aquellas cosas que hice cuando era bebé o una niñita y te causaron gracia. ¡Vaya que los años pasan rápido! El día de hoy no tenemos suficiente tiempo como en aquellos días, cuando no existían responsabilidades para mí ni para ti, más que la de hacernos compañía. Lamento que así sean las cosas, pero sé que lo entiendes ya que en algún momento te tocó a ti.

Yo te hago una promesa

shutterstock_371777050 (1)

Crecer es muy difícil, pero algo puedo prometerte: así como tú me cuidaste de niña, prometo cuidarte a ti el resto de tu vida. Prometo no desesperarme, pues sé que tu memoria ya no es tan buena como antes. Ayudarte a levantarte del sillón y a prepararte tus platillos favoritos cuando tú ya no puedas. Platicar contigo y hacerte reír por lo menos dos veces a la semana. Y cuando crezca igual que tú, tratar a mis nietos del mismo modo que me trataste a mí. Créeme que intentaré ser la mejor abuela con mis nietos cómo tu lo fuiste conmigo.

Posdata: por si nunca te lo he dicho, te amo, ¡gracias por ser mi abuela!