En muchas ocasiones, las personas excusan sus infidelidades con el pretexto del instinto animal. Sin embargo, la monogamia es un estilo de vida que podría mejorarte como persona más de lo que imaginas.
La monogamia y el sexo no siempre van de la mano
Algunas personas huyen de la monogamia porque piensan que el sexo será aburrido por ser con la misma persona siempre. Sin embargo, esta idea es errónea, pues la monogamia no es la culpable del aburrimiento. Al contrario, el sexo monógamo puede ser más gratificante y satisfactorio de lo que muchos pueden imaginar. Los doctores Eli Mayer, Sue Butler, Ian Kerner y Lewis Brown, expertos en el tema, discutieron los impactos positivos y negativos de ser monógamo. De acuerdo a ellos, el sexo monógamo puede traer más satisfacciones a tu vida de las que imaginas.
Existen beneficios emocionales
Cuando tienes relaciones con tu pareja de mucho tiempo comparten un sentimiento de confianza. Ese sentimiento no sólo se comparte en la cama, sino en el día a día. Además, al compartir muchas cosas, dejan de sentir ansiedad durante el acto mismo. Incluso pueden optar por empezar a hacerlo sin protección por saber que son “exclusivos” el uno del otro.
Se conocen al derecho y al revés
Al convivir mucho tiempo con la misma persona, conocen sus cuerpos en su totalidad. Saben en donde tienen un lunar, cuáles son sus zonas erógenas e, incluso, qué zonas prefieren que no les toquen. Lo mejor de todo es que pueden hacerlo con calma como si quisieran conocerse por primera vez. Todo eso logra que su relación se vaya fortaleciendo y haciendo más especial.
Aventurarse en lo desconocido no es intimidante
Al tener un compañero de vida, sabes que las aventuras hacia lo desconocido no son intimidantes. Por ejemplo, pueden probar disfraces, juguetes sexuales, grabarse y ver su acto después. Leer poesía erótica para tener nuevas ideas para sus encuentros. En fin, conforma la confianza crece, también las posibilidades de probar nuevas formas de relacionarse en la intimidad. También tienen la seguridad de poder establecer límites y de que el otro puede respetarlos.