Al hombre que se enamore de mi hija

Podrá parecerte una tontería que decida escribir esto ahora, cuando mi hija aún es pequeña. Si algo he aprendido es que la vida pasa demasiado a prisa. Hace unos meses aún le cambiaba los pañales a una bebecita. La veía dar sus primeros pasos y ahora, ya lee ella sola sus cuentos o decide cuál es la mejor actividad que puede realizar. Así de rápido pasa el tiempo y desearía estar cerca de ella para cuando te encuentre. Sin embargo, decido escribir esto porque ella es a quién más amo. Es el mayor tesoro que la vida pudo prestarme y desearía que tú la valoraras tanto como lo hago yo.

Una desearía que el tiempo no pasara tan a prisa, para poder disfrutar un poquito más a los pequeños. El hecho de saber que eres muy importante para ellos, su principal protectora y defensora. Aunque toda la vida yo estaré ahí para ella, sé que en algún momento decidirá tomar las riendas de su propio camino y yo estaré ahí para acompañarla, apoyarla y recordarle en todo momento cuánto la amo.

Soy su opción número uno

Tal vez en un principio me cueste aceptar su decisión. Tal vez me sienta triste de ver que ya no soy su primera opción para muchas cosas. Hasta el día de hoy, soy yo la privilegiada que toma su mano en cada sitio al que vamos. Siempre corre conmigo cuando necesita ayuda o sólo lo hace porque me quiere llenar de besos y abrazos. Si tiene ganas de ir al parque, sabe que siempre seré su fiel compañera. Yo soy la que conoce su corazón, la que la ha visto llorar y quien ha calmado sus tristezas. Soy a quien le pide un delicioso guiso o quedarnos en la cama viendo pelis o leyendo. Sí, me siento privilegiada de verla crecer, de ver todo lo que va logrando conforme pasa el tiempo. Y de que a pesar de todo, ella siempre me elija a mí.

Pero todo cambia un día…

Así son las cosas por ahora, pero sé que un día todo cambiará y ella decidirá elegirte a ti. Ahora seras tú con quien ella quiera compartir mucho de lo que le pasa. Tú serás esa persona a la que ella le lea, o con quien se quede tirada en la cama viendo la vida pasar. Tal vez te pida que le cocines eso que te queda delicioso o te tocará consolarla si su corazón está triste. La verdad es que eso me dará gusto, pues eso significa que te has ganado su confianza y amor.

Debes saber que mi hija no fue educada para servir a los demás. Ella es un ser capaz, que tiene el derecho de divertirse y ser libre. Si ha decidido compartir su vida contigo es porque realmente eres alguien muy valioso para ella. Por favor, no la lastimes, o al menos, háblale siempre con la verdad. Valórala, cuídala, ella hará lo mismo contigo porque me he encargado de enseñarle que el respeto para hombres y mujeres debe ser el mismo.

Cuando nos conozcamos, tendrás mi cariño y admiración, pues estoy segura de que mi hija ha hecho la mejor elección. Por ahora, seguiré disfrutando de ella, de sus ocurrencias y de muchas locuras que nos van uniendo más y más. Prometo que te trataré con respeto y cariño, agradecida de valorar el mayor tesoro que tengo yo.