Seguro has pensado que con tal solo demostrarle a tu hija que la quieres, por medio de un beso es suficiente. En realidad no, se necesita más que eso. El poco o mucho amor que le des y demuestres a tu hija, influirá más de lo que crees en su vida.
Cada cabeza es un mundo
Es un hecho que cada mujer ha tenido una historia diferente y eso puede ser un factor determinante para la forma en que crecemos. Si de pequeñas no recibimos muchas muestras de afecto, es probable que nos mostremos frías o indiferentes con nuestros hijos. Obviamente, conforme crecemos, tenemos el poder para cambiar ese patrón y mejorar la situación con nuestras hijas.
Apego
Desde pequeños, los bebés van reconociendo lo que sí o no merecen en sus vidas. Si han recibido mucho amor por parte de su madre desde el día en que salieron de su vientre, sabrán que merecen ser amadas. En el caso opuesto, cuando las pequeñas se creían en un hogar en el que no hay muestras de amor, crecerán pensando que el mundo es un sitio poco confiable. Ten en cuenta que la primera relación de tu hija es contigo y de ti depende lo que quieras transmitirle.
¿Por qué demostrarle a tu hija que te importa?
- Siente que no vale. Demostrarle a tu hija que la amas, ayudará a que no se sienta ignorada o aislada. De lo contrario, pensará que sus ideas no son buenas o que no tiene suficiente talento para algo en específico. El mundo tendrá la misma actitud que su madre, ante sus ojos.
- Duda de todo y todos. Le teme a las las relaciones porque cree que puede ser lastimada en todo momento. Su vida estará llena de altibajos emocionales.
- Cree que no hay límites. Al no sentirse querida, buscará atención de cualquier manera. Lo malo es que no sabe marcar límites con nadie y puede hacer cosas que no debe, con tal de quedar bien con los demás.
- Nada de aprecio propio. Si se desarrolla en un ambiente de desaprobación, será una mujer con pocas ganas de crecer. Cuando logra triunfar, se sorprende de ella, pensando que fue una casualidad.
- A la defensiva. Sentirse poco importante, hace que se ponga a la defensiva para evitar que la sigan lastimando.
- Sensibilidad al máximo. Su estado de ánimo es voluble, por lo que no puedes hacerle una broma sin que la tome personal.
- Busca a alguien igual. Cuando una hija no se siente querida por su madre, busca una pareja que le trate de la misma forma. Eso porque es una relación y ambiente que ya conoce y ahí se siente cómoda.