Exfoliantes que puedes hacer tú misma para no dañar tu piel sensible

De todos los remedios caseros los que más amamos son los exfoliantes. Con ellos limpiamos nuestra piel de impurezas, rojeces e, incluso, acné. Sin embargo, algunas chicas tienen la piel sensible y  estos remedios terminan lastimándolas antes que ayudarlas. Por eso te traigo algunos exfoliantes que además de limpiar tu piel, mejorarán su textura. Son tan nobles que son ideales para cutis sensible. ¿Quieres saber cuáles son?

Exfoliantes caseros: de miel y avena

La miel es un ingrediente muy beneficioso para nuestra piel. La limpia, desinfecta y desinflama además de otorgarle una super humectación. Por otra parte, la avena es un ingrediente utilizado para tratar distintas afecciones de la piel, como la psoriasis. Por tanto si tu piel es muy sensible, esta mascarilla te caerá como anillo al dedo. Esta es la preparación.

  • Mezcla 2 tazas de avena con 2 cucharadas de miel de abeja.
  • Si la mezcla sigue espesa, puedes agregar 2 cucharada de yogur natural.
  • Aplica la mezcla y deja que actúe durante 20 minutos.
  • Retírala con agua muy fría y después aplica un suero hidratante o tu crema.

Aceite de oliva, azúcar y vitamina E

El ingrediente que sin duda nos ayudará a tener un cutis perfecto es el aceite de oliva. Este penetra en la piel huméctandola y nutriéndola. Por tanto, te da una apariencia más joven y suave. Por otra parte, la vitamina E contiene antioxidantes y aminoácidos que regulan el proceso de autoregeneración en la piel. Ahora que conoces los beneficios, veamos la preparación:

  • Mezcla 2 cucharadas de  aceite de oliva con el líquido de 2 cápsulas de vitamina E.
  • Agrega 1 cucharada y 1/2 de azúcar. Si la mezcla queda muy espesa, agrega 1/2 cucharada de aceite de oliva.
  • Aplica la mezcla en tu rostro mediante movimientos circulares y en el cuello por 5 minutos. Trata de no tallarte o frotarte.
  • Después de la exfoliación, deja la mezcla durante otros 10 minutos y después retírala con agua tibia, pero al final enjuaga con un chorro de agua fría.