A veces por nuestra genética, falta de exfoliación, daños por el sol, puntos negros o problemas en nuestra dieta nuestros poros se obstruyen al grado en que se agrandan. Ninguna de nosotras disfruta que nuestra piel esté llena de imperfecciones. De hecho, los poros abiertos se consideran signos de la edad. ¡Así que manos a la obra! Sigue estas recomendaciones y cierra tus poros con las siguientes recetas.
Rutina de cuidados
Antes de aplicar una mascarilla natural debes seguir una buena rutina de belleza. Es indispensable ser disciplinada aunque te cueste un poco. Estos pasos son fáciles de mantener y bien valen el esfuerzo.
- Exfoliante: Así evitarás que las impurezas y las células muertas obstruyan tus poros. Deberás exfoliar dos veces por semana con un paño de algodón ligeramente mojado con agua tibia.
- Baño de vapor: Realízalo una vez por semana. Esto abre los poros y elimina residuos, impurezas y grasa. Sólo necesitas acercar tu rostro a una fuente de vapor, cierra tus poros enjuagando con agua tibia y seca sin frotar.
- Mascarilla facial: Después del baño y antes de cerrar los poros los efectos serán aún mejores. La mascarilla más recomendable es la de arcilla. Ésta limpia desde adentro y aunque al principio puede aparecer algo de acné, si eres constante limpiarás profundamente tu piel y te olvidarás definitivamente del acné.
- Limpieza: Al despertarte lava tu cara con un limpiador de media taza de agua, un cuarto de taza de leche, dos cucharadas de bicarbonato de sodio y una clara de huevo. Frota con suavidad y enjuaga con agua tibia.
- Hidratación: Puedes comprar un gel de aloe vera o extraerlo directamente de la planta de sábila raspándolo con una cuchara. Aplica en tu rostro y deja que se seque antes de enjuagar.
Recetas caseras
- Jugos cítricos: Este remedio se aplica de noche y antes de dormir pues no debes entrar en contacto con el sol. Estos jugos tienen la capacidad de quitar las manchas y mejorar el aspecto de la piel. Mezcla en partes iguales jugo de limón y jugo de piña. Aplícalos en tu rostro ya lavado. Si tu piel es sensible, esparce una buena crema humectante después de enjuagar tu rostro.
- Yogur: Una vez a la semana ponte una mascarilla de yogur en la cara. Déjala actuar 15 minutos y enjuaga con agua tibia.
- Clara de huevo: Tonifica la dermis y reduce de a poco los poros ensanchados. Bate una clara de huevo con un tenedor y pon una capa delgada en la cara. Déjala 20 minutos y luego enjuaga con agua tibia. Puedes repetir hasta tres veces a la semana.
- Jugo de naranja: El ácido cítrico que contiene exfoliará y limpiará tus poros mientras que la vitamina C reafirmará tu piel. Exprime una naranja y remoja un algodón en el jugo. Deslízalo sobre tu piel y déjalo actuar cinco minutos. Finalmente, enjuágalo con agua bien fría. Lo mejor es hacerlo de noche, si no puede manchar tu rostro.
- Avena: Muele una taza de avena hasta que se haga polvo. Añade media taza de agua tibia y revuelve hasta formar una pasta. Aplícala en tu rostro y déjala hasta que se seque por completo. Por último, enjuaga la piel con agua tibia.
- Hielo: Pasa algunos cubitos de hielo directamente sobre la cara durante 30 segundos, no más, para que no se queme tu piel. Esto tensará inmediatamente tus poros. Es ideal realizarlo después de bañarte.
- Bicarbonato de sodio: Mezcla bicarbonato y agua tibia en partes iguales hasta formar una pasta. Masajea tu rostro con movimientos circulares durante 30 segundos suavemente y enjuaga con agua fría. La primera semana vas a realizarlo diariamente, la siguiente semana reduce a solamente tres veces.