El impacto que tiene la cultura en nosotros es inevitable, pero por desgracia muchas veces no deja aprendizajes positivos. Ella misma se encarga de formar ciertos estereotipos con lo que somos encasillados cada uno de nosotros.
Cómo se cría a los niños
Para las familias parece cosa de broma cuando hacen comentarios como “no llores, hijo, los niños no lloran”. Desde que son pequeños, de una forma u otra se les indica a los niños que tienen que ser fuertes en todo momento. Se les hace saber que no tienen que expresar sus sentimientos porque eso no es cosa de hombres. Comentarios como estos no golpean, pero sí maltratan de manera psicológica. Son actitudes de género estereotipadas que se desarrollan en la vida cotidiana.
El machismo en el mundo
Pareciera que México es el lugar de origen del machismo, pero en realidad existe en muchas partes del mundo. Sin embargo, la zona donde más se desenvuelve es en América Latina. Para que exista machismo, no tiene que haber violencia. Pueden ser gestos o actitudes que hacen los hombres, pero curiosamente también las mujeres. Entre las actitudes más comunes del machismo están:
- No aceptar que se ha cometido un error.
- Cree que sólo él tiene la razón porque piensa que sólo tiene los conocimientos necesarios.
- Hombres que no admiten que una mujer los interrumpa.
- Los hombres creen que hacen las cosas mejor que las mujeres.
Muchas cosas no tienen sentido
La sociedad resulta bastante ilógica ante ciertas circunstancias. Por ejemplo: a los hombres los considera ineptos para criar a los hijos. Se piensa que no tienen el instinto para cuidar debidamente a sus hijos. Sin embargo, eso no se tiene, sino que se aprende tanto por hombres como por mujeres. Otro ejemplo es con respecto a las mujeres y la tecnología, se les cree inútiles para manejar un artefacto tecnológico. Aunque hombres y mujeres hagan las mismas actividades, a ellas se les menosprecia. Lo peor es que el machismo se refuerza cuando los hombres hacen todo lo posible para demostrar que son muy hombres.
¿La mujer se encarga de formar machos?
En América Latina muchas madres están acostumbradas a prestarle más atención a sus hijos por encima de las hijas. Durante la formación que se les da, a ellas se les dice: “Atiende a tu hermano”, mientras que a él se les pide “cuida a tu hermana”. Son actitudes que se tienen día con día, las que reafirman esa formación. Hacerle creer al hijo que es el rey del mundo o que todos están para atenderlo es un error. Educar a los niños y a las niñas de manera distinta y señalar que ellos son buenos para unas cosas y ellas para otras contribuye al machismo. Todo esto forma machos, y esa formación no sólo afecta a los niños. A fuerza de presión, las niñas asumen un papel sumiso en el que terminan sirviendo a los hombres.