La verdad que no soy mucho de usar tacones, pero últimamente al ver dentro de mi armario, veo un par de tacones que recién compré y nunca han pisado la calle. Pensado en que es probable que nos quedemos así un rato más, me di el gusto de andar por mi casa en tacones. ¿Te animas a hacer el experimento?
Desayuno en tacones
Con toda esta pandemia mi humor ha ido de arriba a abajo. Hace unos días tuve un colapso nervioso, al siguiente día me veía terrible. Ese día lo pase en pijamas, con más ánimo pero no del todo bien. Fué hasta el tercer día después de mi colapso que decidí vestirme con vestido y hasta me puse tacones.
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Claro que no los lleve todo el día
Pero pase una mañana increíble a decir verdad. Ese poder que te da el usar tacones sube el ánimo. Es algo parecido como a pintarte los labios de rojo. Sinceramente nunca debemos vestirnos para nadie, pero en muchas ocasiones lo hacemos. Esta experiencia me ha dejado varios aprendizajes sobre mi vestimenta.
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Si voy a vestirme lo haré para mi
Así esté encerrada en la casa, me voy a poner ese vestido, me voy a maquillar y me voy a ver preciosa. Finalmente me he sentido muy bien de hacerlo. Al final me siento mucho más segura usando mis vestidos dentro de casa que en el exterior. Aprovechando este calor he podido usar ropa que jamás me podría poner en un día normal de trabajo.
Como para todos esta ha sido una oportunidad única de adaptarme. No voy a esperar a que acabe la pandemia para maquillarme, hacer ejercicio y mucho menos para usar tacones. Finalmente son cosas que me hacen sentir bien en el día a día.
